¿Qué proponemos?

Una Universidad para el Pueblo pobre y trabajador

Cinco propuestas para la UPR

La Universidad de Puerto Rico ha cambiado profundamente. La imposición de la Cuota de Estabilización Fiscal la ha hecho una Universidad empequeñecida y encarecida. La reducción de fondos y los recortes no conocen límite: cada semestre hay menos cursos y menos servicios. La UPR parecería estar condenada. Sin embargo, dentro de la Universidad hay una fuerza latente que no ha temido a la hora de defender la Universidad pública.

Con los más recientes ataques a la UPR, esa fuerza se ha manifestado: ha sido la lucha estudiantil la que se ha enfrentado y sido victoriosa frente a la ofensiva neoliberal. En esta misma lucha, es necesario ahora mismo producir el debate más amplio posible, sobre la Universidad que deseamos construir. Con ese objetivo presentamos los siguientes planteamientos y propuestas, que deben de ser desarrolladas en la medida que luchamos por un verdadero futuro para la UPR.

¿Por qué luchamos?

La lucha estudiantil desatada en los últimos años ha demostrado que la batalla por la educación es algo más que un simple reclamo sectorial. El enfrentamiento que se ha vivido dentro de la UPR ha sido entre la imposición de un proyecto neoliberal, cuyo objetivo es destruir la educación pública, y la posibilidad de construir una Universidad diferente, que sea verdaderamente del Pueblo.

En estos momentos, luego de arduas jornadas de lucha, se debe de desarrollar entre el estudiantado y la comunidad universitaria el más profundo y crítico debate sobre la Universidad que deseamos construir. Es hora de decir abiertamente que luchamos por una Universidad comprometida con una función social de transformar profundamente nuestra sociedad hacia una de democracia, solidaridad y justicia, donde el poder lo tengan quienes los de abajo. En esa lucha por la Universidad del futuro, nos debemos dejar guiar por los siguientes principios:

  1. Por una Universidad para el Pueblo pobre y trabajador
  2. Por una Universidad democrática, bajo control directo de la Comunidad Universitaria
  3. Por una educación para la liberación, no mercantilizada

¿Contra qué luchamos?

El reciente informe del Comité Asesor del Gobernador Luis Fortuño sobre la educación universitaria es un manifiesto donde se expone la concepción neoliberal imperante de la educación. El proyecto universitario que se propone en el documento no es otra cosa que el proyecto educativo de la clase dominante: poner la educación al servicio total del mercado capitalista. De eso se trata la “economía del conocimiento”. Mediante este eufemismo y en nombre de la investigación y el desarrollo, se acabaría de transformar la Universidad en un apéndice patético de las grandes corporaciones que explotan Puerto Rico, del mercado capitalista.

El ataque contra la educación pública universitaria no es una casualidad. Tampoco es un plan exclusivo del Gobierno actual. Por el contrario, es una ofensiva neoliberal que intenta desmantelar la educación como la conocemos a nivel internacional. En Puerto Rico, el alza en los costos de matrícula, el achicamiento de la Universidad y la mercantilización de la educación han sido parte del proyecto de los dos partidos del poder. De la mano de la UPR ha venido el favoritismo total al sector privado de la educación.

Luchamos contra la imposición, incluso violenta, del principio neoliberal y salvajemente capitalista de “todo en el mercado, nada fuera del mercado, nada contra el mercado”.

Cinco puntos por la UPR

Para poder asegurar la construcción de una verdadera Universidad del Pueblo Trabajador,  entendemos que mínimamente las siguientes medidas son necesarias:

1. Universidad abierta: eliminación de los requisitos de entrada actuales (IGS) e  institución de un sistema de cuotas sociales que garantice el acceso de los grupos más marginados.

Lejos de medir el mérito de quien solicita, los índices de ingreso son uno de los obstáculos principales a la entrada a la UPR por parte de los sectores más oprimidos y la clase trabajadora. Proponemos la eliminación de los IGS y todos los requisitos de entrada: en su lugar entendemos que la Universidad se debe de abrir y crecer, convirtiéndose en una verdadera Universidad de masas donde la mayor cantidad de jóvenes puedan participar del proceso educativo.

Para asegurar que la apertura de la UPR refleje la composición de la sociedad es necesario aplicar además un sistema de cuotas sociales mediante el cual se asegure que el estudiantado tenga una representación proporcional de cada sector social y se combata afirmativamente la exclusión de los sectores marginados.

2.  Matrícula Justa: implantación de un sistema de cobro de matrícula ajustado según la realidad socioeconómica de clase de cada estudiante.

El costo de la Universidad no debería de ser un impedimento para que una persona pudiese estudiar o no. Para poder asegurar que esto sea así, es necesario reconocer las diferencias socioeconómicas existentes entre el estudiantado. Por un lado, hay estudiantes con una realidad económica que no les permite pagar la matrícula. Más aún, hay muchos estudiantes que incluso siendo de clase trabajadora y de ingresos bajos o medios, no reciben beca y se les hace sumamente difícil costear los costos de la UPR. Por otro lado, hay estudiantes que pueden, pues su realidad económica se los permite, pagar un costo mayor de estudios.

Para hacer que la matrícula se ajuste realmente a la realidad de cada cual es necesario desarrollar un sistema diferenciado que reconozca la diversidad de realidades económicas y subsidie la educación de quien así lo necesita para que el costo no sea un factor a la hora de decidir si estudiar o no. De esta manera, el que menos pueda pagar pagará menos y el que más pueda pagar pagará más.

3. Finaciación pública: aumento de la inversión pública en la UPR e imposición de impuestos destinados a la educación a las corporaciones que extraen ganancias billonarias de PR.

Es necesario asegurar la finaciación y el control público del sistema UPR. Sólo así se podrá garantizar que la educación no sea ni privatizada, ni controlada por intereses económicos privados. Para conseguir este objetivo, es necesario incrementar la inversión pública en la UPR mediante el aumento en la fórmula de financiamiento y la garantía de la estabilidad de los fondos que recibe la institución.

Además, es necesario imponer un impuesto a las grandes corporaciones extranjeras que extraen ganancias billonarias de Puerto Rico para financiar el sistema educativo. Estas corporaciones son los beneficiados principales del trabajo intelectual de la UPR: extraen ganancias de las investigaciones que se realizan y se benefician directamente del entrenamiento de personas altamente cualificadas.

4. Democracia directa: institución de un sistema de control directo y democrático de la Universidad mediante la elección directa de todos los puestos directivos por voto  equitativo de cada sector de la Comunidad Universitaria (profesores, estudiantes y trabajadores).

La organización interna de la UPR no puede responder a los intereses políticos de los dos partidos de la clase dominante en Puerto Rico. Por el contrario, se debe de organizar democráticamente y poner bajo control directo de la Comunidad Universitaria. En ese sentido rechazamos la burocratización y la “gobernanza” como formas de organización antidemocráticas y muy poco participativas, donde quien sufre las consecuencias de las desciciones administrativas no tiene poder para cambiarlas.

El problema no es uno de consulta, sino de control y poder político. Los administradores universitarios deben de ser eso: meros administradores. El carácter político de sus puestos debe de ser eliminado. En su lugar se debe de instituir un sistema de dirección de la Universidad donde en todos los niveles se escojan representantes mediante voto directo de los tres sectores de la Comunidad: profesores, estudiantes y trabajadores. Todos los puestos deberán estar sujetos además a la revocabilidad inmediata si así lo votaran quienes son representados.

5. Educación liberadora: transformación radical de los procesos de educación, reformando las formas de evaluación y los currículos para hacer de la eduación un proceso de liberación y solidaridad, no uno bancario y mercantil.

De poco serviría abrir la Universidad al Pueblo y democratizar su organización interna si la educación continua siendo una de carácter neoliberal y mercantil; si los procesos educativos y las formas de evaluación se atienen a las prácticas de la educación bancaria, donde el estudiante es un receptáculo de conocimiento acrítico. En contra de esta tendencia es necesario desarrollar la educación como un proceso crítico, destinado a darle a cada estudiante las armas teóricas y la capacidad de transformar por nuestras manos la realidad opresiva que nos rodea. Este nuevo proceso educativo presupone un compromiso completo con la educación y una lucha contra la mediocridad, síntoma por excelencia de que quien educa y quien es educado no ve ningún propósito verdadero a lo que hace.

Sin embargo, en última instancia, la verdadera liberación de la educación es un proceso mucho más amplio, sujeto a la liberación de la sociedad en su conjunto. Sólo en la medida en que nos solidaricemos con este proyecto, con el del fin de la sociedad opresiva y explotadora que es el capitalismo-colonial, podremos ponernos en el camino de una sociedad cualitativamente diferente, donde el principio que rija sea el de la solidaridad y la democracia no sea un chiste patético, sino una realidad efectiva.

¡Únete a la resistencia!

Las propuestas aquí presentadas, junto con cualesquiera otra propuesta desarrollada, valen menos que el papel en el que están escritas si detrás de ellas no hay un movimiento estudiantil fuerte y combativo. Únicamente en la lucha, confrontando abiertamente los planes de desmantelar la UPR y movilizandonos para construir nuestra Universidad del futuro hay posibilidades de que las cosas sean diferentes.

Otra Universidad es posible. Una Universidad de justicia, abierta al Pueblo pobre y trabajador. Pero solamente es posible en la lucha. La tarea inicial, a la que no le hemos tenido miedo nunca, es la de resisitir el embate neoliberal. Y desde la resistencia, construir.

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